Soy Laia
Estoy aquí para compartir mi pasión y lo que más me ayuda en la vida: la pintura y el arte para la gestión emocional.
Mi principal VALOR es la TRANSPARENCIA. Para mi la transparencia significa poder expresar las emociones que siento sin limitaciones o tabúes haciendo un trabajo consciente.
Creo que cuando mejor es la relación que tienes con tus emociones, mayor es el bienestar que sientes y también mejora la relación con los demás, siendo más respetuosa y transparente.
MI HISTORIA:
Nací en una familia de artistas y arquitectos, por eso llevo el arte en la sangre y en el alma.
Cuando tenía 16 años me encerraba en mi habitación a pintar.
Allí todo era posible, podía soñar, expresarme, equivocarme y ser yo misma. Pintar me salvaba.
Mi padre, gran aficionado a la pintura, me animó a seguir y gracias a él tuve la oportunidad de acudir al estudio del pintor Antoni Cerdán, mis primeras clases de pintura. Recuerdo esas deliciosas sesiones en su estudio dónde los dos pintábamos largas horas al salir del instituto.
Antoni había sido discípulo de mi tíaabuela, la pintora Maria Teresa Bedós y ella, a su vez, discípula del pintor Francesc Gimeno con quien convivió, ya que mi bisabuelo, el padre de ella, Francesc Bedós i Arnald, médico, escritor y bibliófilo, lo acogió en su casa y le hizo de mecenas.
Yo aprendí de Antoni, este de Maria Teresa y Maria Teresa lo hizo de Gimeno.
Así pues, la pasión por la pintura de mi tia-abuela me llegó a través de Antoni Cerdán.
Josep Bonaterra Gras, pintor de profesión y Alexandre Bonaterra Matas, arquitecto y pintor, fueron mi bisabuelo y abuelo maternos respectivamente. De entre todas las obras de mi abuelo, me hace especial ilusión mencionar su colaboración como arquitecto en la recconstrucción del Museo Dalí.
Los pinceles, lienzos y pinturas son parte de la familia, así como la arquitectura.
Como no podía ser de otra manera estudié Bellas Artes, y a la vez danza contemporánea, música y diferentes disciplinas artísticas en las que me podía expresar buscando lenguajes que me permitieran explorar, descubrir y comprender mejor mi vida y la de los demás.
Debido la muerte repentina de mi padre, cuando yo tenía 24 años, me di cuenta de que la pintura me ayudaba a canalizar todo mi dolor y a transformar mis emociones. Encontré, de esta forma, un método de sanación.
Mi interés por la comunicación de las emociones y los sentimientos me llevó a estudiar el Postgrado de arte y pensamiento donde investigué el comportamiento del artista en la naturaleza durante el proceso creativo como juego. Después realicé el Postgrado de terapia basada en las emociones, más tarde el Postgrado de terapia sistémica y por último el Postgrado de duelo y crisis.
A través de estas formaciones he consolidado una visión más consciente del arte como vehículo de sanación y bienestar y me he dotado de conocimientos y recursos para los cursos y talleres que dirijo.
Actualmente ayudo a las personas a descubrir la pintura como herramienta para expresar y canalizar las emociones y enseño como usar la pintura como lenguaje inconsciente de expresión para comprender y sanar. También sigo pintando mis cuadros para llevar las emociones allí donde las personas lo necesiten.
Siento que los cuadros son como seres vivos que desprenden una energía determinada y te despiertan ciertas emociones.
- Soy pequeñita y juguetona.
- Me gusta mucho la montaña y el mar. Y siempre he soñado vivir en un lugar donde pueda disfrutar de las dos cosas.
- Necesito mis espacios de soledad.
- El deporte en la naturaleza es esencial para mí: esquiar, montar en bici, nadar en el mar, subir montañas, escalar, kayak…
- Me encanta la expresión y la comunicación asertiva.
- Necesito el sol en mi vida aunque correr bajo la lluvia me encanta.
- Jugar es muy importante para mi.
- Me encantan las personas que me hacen reír.
- Pienso que lo más importante en la vida es ser transparente, expresando todo lo que sientes.
- Hablo un idioma que nunca me hubiera imaginado, el Euskera. La vida me trajo allí por amor, de forma nunca imaginada.
- Actualmente vivo frente al mar y disfruto del calor de la chimenea que tengo en casa: mi lugar